El alumnado con necesidades educativas especiales (ACNEE) forma parte del grupo más amplio de alumnado con necesidad específica de apoyo educativo (NEAE). Tal y como se establece en el artículo 73 de la LOE/LOMLOE y en el artículo 10 de la Orden de 3 de enero de 2022, se considera ACNEE a:

«Aquel alumnado que afronta barreras que limitan su acceso, presencia, participación o aprendizaje, derivadas de una discapacidad o de trastornos graves de conducta, comunicación o lenguaje, ya sea durante un periodo determinado de su escolarización o a lo largo de toda ella, y que requiere apoyos y atenciones educativas específicas para alcanzar los objetivos de aprendizaje adecuados a su desarrollo».

Ahora bien, ¿qué perfiles de alumnado se incluyen dentro de esta categoría? Para responder a esta pregunta, podemos acudir a la Instrucción 4/2023 de la Consejería de Educación de Extremadura, donde se detallan los distintos tipos de necesidades que puede presentar el alumnado ACNEE:

• Discapacidad intelectual (también denominada trastorno del desarrollo intelectual).

• Discapacidad auditiva, que puede manifestarse en distintos grados de pérdida auditiva, afectando a la adquisición del lenguaje y la comunicación.

• Discapacidad visual, que abarca desde la baja visión hasta la ceguera total, con impacto en el acceso al currículo.

• Discapacidad motora, que incluye condiciones como parálisis cerebral, distrofia muscular, espina bífida, entre otros trastornos del aparato motor, que pueden dificultar la movilidad y/o la manipulación de materiales.

• Trastornos del neurodesarrollo y trastornos graves del lenguaje y la comunicación, entre los que se incluyen:

  • Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

  • Trastornos graves del lenguaje y la comunicación, que afectan significativamente al desarrollo lingüístico y a las interacciones sociales.

• Trastornos graves de conducta o alteraciones graves del comportamiento, tales como:

  • Trastorno grave de conducta.

  • Trastorno negativista desafiante.

  • Trastorno explosivo intermitente.

  • Trastorno disocial de la personalidad.

  • Otros trastornos disruptivos del control de los impulsos y de la conducta.

• Pluridiscapacidad, cuando concurren dos o más discapacidades de forma simultánea, generando necesidades educativas complejas que requieren un enfoque altamente individualizado.