«La riqueza de las mentes diversas»: aprendemos a hablar con propiedad sobre neurodiversidad.


A veces usamos palabras sin saber muy bien lo que significan, especialmente cuando hablamos de diversidad funcional, autismo o diferencias en la forma de pensar. Por eso, hoy quiero aclarar algunos términos que ayudan a comprender mejor la realidad de muchas personas, y a construir una sociedad más justa, empática e inclusiva.


Empezamos por el concepto principal: la neurodiversidad. Este término hace referencia a la variedad natural de cerebros y formas de pensar que existen en el ser humano. Algunas personas procesan el mundo de manera diferente: perciben los sonidos con más intensidad, se comunican de otro modo, o tienen un pensamiento muy lógico y literal. Todo eso forma parte de la neurodiversidad.


En este contexto, hablamos de personas autistas cuando nos referimos a quienes forman parte del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Muchas de ellas prefieren que se utilice el término autista como parte de su identidad, en lugar de decir “persona con autismo”, ya que no se trata de algo que se tenga o se quite, sino de una manera diferente de vivir, sentir, pensar y relacionarse.


Para referirnos a las personas que no son autistas, existe el término alista. Es poco conocido todavía, pero muy útil. Así como decimos que alguien es diestro o zurdo, también podemos decir que alguien es autista o alista. Ninguna forma es mejor que otra: simplemente son diferentes.


También es importante distinguir entre los términos neurotípico y neurodivergente:

  • Una persona neurotípica es aquella cuyo funcionamiento neurológico es similar al que se da en la mayoría de la población.

  • Una persona neurodivergente, en cambio, tiene una condición neurológica distinta, como el autismo, el TDAH, la dislexia…, entre otras.

Aprender a usar bien estas palabras no es solo una cuestión de lenguaje, sino de respeto y reconocimiento. Cada vez que nombramos con propiedad, damos un paso hacia una sociedad donde todas las personas —autistas, alistas, neurotípicas o neurodivergentes— se sientan vistas, valoradas y comprendidas.

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